Horario de apertura:
Lu - Vie: 9.30 h a 13:30 h | 16 a 19:00h
Sa: 9.30 h a 13:30 h
La presencia del modernismo en Lloret de Mar, Costa Brava fue posible gracias a la impronta de los indianos, que, con la riqueza conseguida en ultramar, pudieron contratar a algunos de los arquitectos y artistas más destacados del momento. Construyeron casas, iglesias, jardines e, incluso, un cementerio que hoy en día se considera uno de los más interesantes del territorio.
Los lloretenses (y sus viajeros) pasean y se desplazan cada día por las calles de Lloret de Mar, una población llena de detalle, joyas arquitectónicas modernistas, uno de los focos más importantes de Cataluña. La Capilla de los Santos de la iglesia de Sant Romà de LLoret de Mar representa perfectamente esta corriente artística.
Caminando por el centro histórico de Lloret de Mar encontrará la iglesia de Sant Romà, patrón de Lloret de Mar y un ejemplo patrimonial que refleja dos épocas de construcción y arquitectura muy diferentes.
En la parte frontal encontrarás la parte gótica (datada entre 1509 y 1522), con su hermoso y austero portal, y en contraposición, en los laterales, le sorprenderá la explosión de color de las cúpulas y el mosaico de los doce apóstoles inspirados en el arte del movimiento modernista de finales del siglo XIX.
El pasado indiano la rodea. Cuando regresaron los lloretenses que partieron a las Américas a hacer fortuna, se encontraron con un pueblo triste y empobrecido, muy diferente al que estaban acostumbrados.
Fueron diferentes familias indianas las que comenzaron con la reforma para la construcción de una nueva iglesia, que comenzó en 1912 y terminó en 1930.
Con la Guerra Civil, la parte interior quedó destruida, pero la estructura consiguió mantenerse en pie.
Terminada la guerra, con las donaciones de algunos indianos como Narcís Gelats, se decidió construir una nueva iglesia más grande y moderna hasta conseguir el aspecto que luce en la actualidad con dos hermosas capillas laterales: la del Santíssim y la Baptismal.
Algunas curiosidades de la casa es que fue una de las primeras en tener electricidad en Lloret de Mar, que tenían un espacio para hacer misa o que tenían un baño de cortesía para los invitados en la planta baja, algo que era un auténtico lujo en la época.
El marqués de Roviralta encargó en el año 1919 el proyecto de los jardines de Santa Clotilde a un joven paisajista y arquitecto: Nicolau Maria Rubió i Tudurí. Los terrenos que ocupan actualmente los jardines estaban dedicados a la plantación de viñas y el marqués los fue adquiriendo hasta llegar a su extensión actual de 26.830 m². Los jardines están situados sobre un acantilado con vistas al mar, entre la cala Boadella y la playa de Fenals en LLoret de Mar.
El Museo del Mar, antiguamente la casa de Enric Garriga y Mataró, lloretense que emigró a Cienfuegos (Cuba) y se enriqueció con materiales para la construcción. Este edificio, construido en la segunda mitad del siglo XIX y situado en el paseo Verdaguer, es el emblema de un pasado glorioso, cuando algunos lloretenses lo dejaron todo para buscar fortuna en las Américas.
Sant Pere del Bosc
Antiguo monasterio benedictino, que Nicolau Font i Maig compró por poderes desde La Habana aprovechando la desamortización eclesiástica de 1855. Posteriormente, lo amplió y una parte la convirtió en un asilo. Encargó el proyecto a Puig i Cadafalch. Actualmente, es un espacio privado que acoge un hotel y un restaurante
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Sa: 9.30 h a 13:30 h