Pronto los campos mallorquines se cubrirán de blanco y rosado. Será la flor de la almendra (en mallorquín “ametlla”) que convierte el campo en todo un espectáculo anunciando así la llegada de la primavera. La almendra mallorquina es un fruto seco muy popular en la gastronomía isleña, pero también se usa en la cosmética para crear fragancias, jabones o cremas.
El cultivo de la almendra existía en Mallorca desde la época romana. Siempre tuvo y tiene mucha importancia en la economía de esta región Mediterránea. Hoy en día, está reconocida por la Unión Europea encontrándose en la lista de los productos con Indicación Geográfica Protegida, lo que garantiza su excelente calidad.
La almendra mallorquina, lista para recoger por los campesinos en el mes de Agosto, tiene propiedades muy especiales entre ellas un alto contenido en ricas grasas vegetables, proteínas, vitaminas y fibra. Además, se caracteriza por su gran intensidad aromática. Se comercializa cruda o tostada y está presente en muchos platos mallorquines: el gató, coques de torró, el granizado de almendra. También se la utiliza para fabricar leche de almendra, siendo una buena opción para los que no consumen leche de vaca ni cabra.
Sin ninguna duda, este producto natural y tradicional es un tesoro de la cultura mallorquina.
Para disfrutar del espectáculo de los almendros en flor, se recomienda visitar las cimas montañosas, como las de Alaró, San Salvador o Randa. También hay otras zonas que ofrecen excelentes vistas, por ejemplo Bunyola,Sóller, Santa Maria, Sencelles, Lloseta, Selva, Inca y Llucmajor.
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