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Las posesiones mallorquinas eran y son propias de la isla y se refieren a grandes fincas rurales. Estas propiedades se encuentran presentes en el paisaje rural dela isla desde la Edad Medieval hasta día de hoy, y despiertan un gran interés patrimonial, arquitectónico, cultural, etnográfico e incluso artístico.
Compuestas por un gran casal y varias construcciones anejas facilitan tanto el conocimiento de la historia de Mallorca y su mundo agrario, como también la comprensión de cómo funcionaba y evolucionaba la sociedad y cómo era la vida de las diferentes clases sociales.
Estos emblemáticos centros de campo mallorquín, eran frecuentemente unidades agrarios auto suficientes con un extenso territorio, disponiendo de explotación propia de ganado y la producción de muchos productos básicos como trigo, aceite, verduras y frutas.
El término llamado en mallorquín “possessió” viene del siglo XVI pero el sistema de su explotación empezó ya en el siglo XIII.
Los propietarios de estas enormes fincas eran “senyors” que normalmente formaban parte de la nobleza terrateniente y controlaban el comercio de los productos fabricadas en la finca. Los que alquilaban y explotaban posesiones de los senyors eran conocidos como los “amos”.
Por eso los principales edificios de cada posesión eran la casa de los senyors y la casa del amo, encargado de la finca. Las dependencias se situaban alrededor de un gran patio interior (llamado “clastra”) que era realmente un distribuidor desde el cual se accedía a varias estancias. Aquí también se encontraba la cisterna.
A parte de los senyors y la familia del amo, en la finca también vivían los trabajadores: payeses y pastores, especializados en diferentes labores, que ocupaban otras dependencias.
Cada posesión se componía también de muchas construcciones auxiliarles, como edificios para la cría y manutención de animales, almacenamiento de los productos, cuadras, casas de vigilancia. Un elemento importante de gran parte de las fincas era la capilla. Otro la torre para proteger y defender los habitantes.
Las posesiones se iban adaptando y cambiando con los siglos.
Hoy en día las posesiones aun destacan en la arquitectura isleña y frecuentemente están preservadas en unas buenas o incluso muy buenas condiciones.
En Mallorca existen varias maravillosas posesiones abiertas a las visitas. Algunas se han convertido en agroturismos, sede de fundaciones o museos, otras siguen siendo centros de explotación del campo, aunque ya sean más pequeñas e incluso familiares.
Muchos de estos edificios emblemáticos están catalogados y protegidos.
Engel& Völkers, líder del mercado inmobiliario de la isla, con 25 años de experiencia en Mallorca, 16 oficinas y una cartera de 2.000 inmuebles en venta,también tiene en su oferta estas posesiones mallorquinas. Algunas maravillosamente restauradas, y otras con un gran potencial esperando su nuevo propietario para renovarlas a su gusto y reconvertir las en un hogar único así como en un agroturismo.
Aquí podrá encontrar las más bonitas posesiones de nuestra oferta inmobiliaria:
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