Planes para un verano atípico

Pese a que muchos aún no se hayan dado cuenta, nos encontramos en pleno verano. La temperatura sí que ha aportado aires estivales al mes de julio. Sin embargo, el ritmo de vida y trabajo marcado este curso por la COVID no desprende estos aromas. La sensación latente no es la misma que otros años por estas fechas. No existen apenas fiestas ni espectáculos, y las medidas sanitarias han coartado gran parte de vacaciones.

Así las cosas, muchos personas han decidido hacer “veranear” de una manera diferente. Quedarse en la ciudad y realizar excursiones cortas con frecuencia es una opción que muchos abordarán este 2020. En ese contexto, sin duda las visitas a los pantanos de Ullibarri y Urrunaga se contarán por cientos. Algunas de nuestras mejores propiedades, como la de Ullibarri Gamboa o la península de Zabalain, pueden preciarse de hallarse en el citado entorno. Serán buenos momentos también para descubrir algunos de los museos de la ciudad a los txikis de la casa. Más allá de los conocidos Artium o BIBAT, el Museo de Armería de Álava, en Paseo Fray Francisco, o el de Ciencias naturales, en la Torre de Doña Ochanda son magníficas opciones.

Otros preferirán los placeres más mundanos como las reuniones en torno a una mesa. Aunque, bien sabemos que en nuestra tierra ese aspecto mundanal puede tornarse en experiencia sin par. La oferta gastronómica de la ciudad es digna de unas magníficas vacaciones. Si lo hacen los turistas, ¿porqué nosotros no? Así, desde clásicos como Asador Matxete, Orio o Xixilu pueden alearse con propuestas de un carácter moderno como Kromátiko, Eskola Berri o Sukalki para conformar una ruta culinaria de diez.

Las Salinas de Añana, la costa vasca, Guggenheim, rutas en bici, senderismo… Una oportunidad única para redescubrir y saborear las virtudes de nuestro entorno.