Vuelta al origen

Eran tiempos de bonanza. El Guggenheim alzaba la persiana, nacía Dolly, los móviles colonizaban áreas cotidianas más allá de la propia telefonía, entraba Chávez, salíaYeltsin… Hablamos de finales del pasado milenio.

El mundo deambulaba sobre el escenario definido mientras, en nuestra pequeña ciudad, la gente buscaba hogares en nuevos barrios. Zabalgana y Salburua eran los enclaves destino de las hordas de jóvenes recién emancipados. Los barrios fueron creciendo a velocidad de crucero hasta conformarse como los espacios con alta actividad que son a día de hoy.

Sin embargo, la idiosincrasia gasteiztarra sigue sin contemplar distancias y la lejanía de estos distritos, junto al repunte económico experimentado, ha originado un movimiento, cada vez más notorio, que se está traduciendo en una migración en sentido inverso. Es algo que conocemos a través de nuestras relaciones con el sector, la prensa y, sobre todo, nuestros clientes.

La gente demanda vivir junto al corazón de la ciudad. Merced a ello, barrios como San Martín, Lovaina, Ciudad Jardín, Batán o El Anglo están siendo receptores de este regreso al “cogollo” de la urbe, tal y como admiten los protagonistas del evento. Por supuesto, el centro es un enclave demandadísimo en este retorno.