Joya en edificio novecentista

El ático está situado en el histórico edificio Mas de Miquel, un impresionante ejemplo del estilo novecentista, situado en la privilegiada zona de la Diagonal de Barcelona. Esta joya arquitectónica fue diseñada por Domènec Sugrañes i Gras, hijo adoptivo de Antoni Gaudí, a quien sucedió como arquitecto principal de la Sagrada Familia durante diez años tras la muerte de su mentor. La meticulosa restauración del edificio ha conservado gran parte de su artesanía original ofreciendo un claro ejemplo del fabuloso legado arquitectónico de la Barcelona de hace cien años. Las viviendas del edificio se encuentran dispuestas rodeando un bello patio interior oval, y es en la última planta, donde se encuentra el ático, donde una espléndida columnata ornamental alza en alto una maravillosa cúpula de vidrio de estilo art nouveau, traída desde Budapest en los años 20. Tras la increíble experiencia de llegar a la planta ático, rodear la columnata oval y acceder al apartamento, la sensación de majestuosidad no es menos espectacular. El ático cuenta con techos altos de cinco metros, ofrece impresionantes vistas tanto del mar como de la Sagrada Familia y está amueblado con accesorios y electrodomésticos de la más alta calidad, proporcionando una experiencia de vida de lujo excepcional. Los dos torreones con cúpula, protagonistas en la maravillosa fachada del edificio, cobran su presencia en el interior del ático albergando dos espacios funcionales de comedor y sala de cine, como satélites al amplio y luminoso salón. Estos torreones están flanqueados por cómodas terrazas que asimismo asumen un papel diferente ofreciendo usos distintos tales como comedor exterior en la adyacente a la cocina, zona chill out en la del salón y espacio privado de la suite principal donde tomar un relajante desayuno mientras se contempla la belleza de la Sagrada Familia. La intención en la reforma ha sido dotar al ático de un sensacional espacio en sus tres dimensiones con una exquisitez en el interiorismo a la hora de elegir los materiales y la decoración para ofrecer un ático de lujo irrepetible. La generosidad de los espacios, la altura de los techos y la minuciosidad en todos los detalles hacen que este maravilloso ático sea una joya única y privilegiada: la guinda del pastel de uno de los edificios más emblemáticos de la arquitectura barcelonesa.