El hogar será centro de las celebraciones

Las navidades son inminentes. El periodo festivo que despedirá este infausto 2020 va a ser, cuando menos, diferente. Nuestros hogares van a convertirse en escenario de las celebraciones que sepulten uno de los fragmentos temporales recientes más olvidable y recordado a la vez. Paradojas que legislarán estos reencuentros sin abrazos, reuniones limitadas, acotadas. Digitales incluso.

El incremento del tiempo que pasamos en nuestras casas es una de las pocas certezas que nos ha traído este 2020. De ahí, que la ciudadanía valore cada día más las comodidades de una vivienda. El aumento en el uso de la tecnología es otra. Nuestra propiedad en Salvatierrabide conjuga domótica, diseño y amplitud para configurarse en un verdadero hogar contemporáneo.

En cuanto a las estancias, reclamamos salones amplios y cómodos para desarrollar la vida en familia. El de Olaguibel 8 es un buen ejemplo. Así como el de José María Cagigal, flanqueado por la luz que atraviesa los ventanales que lo separan del jardín.

Chalets en las inmediaciones como el de Andra Mari Eskolunbe o el de Letona. O grandes propiedades en el centro como la de Fueros. Sin denostar los nuevos barrios donde, en propiedades como la de Antoni Tapies, uno puede pintar sobre un lienzo en blanco y disfrutar, a su vez, de una enorme terraza.

En el interior, exterior; al calor de la chimenea o en el jardín. Nuestras viviendas estas navidades, y cada vez con mayor fuerza en el futuro inmediato, se convertirán auténticos hogares.