Entre finales del siglo XIX y principios del siglo pasado, se inauguró en la isla de Giudecca la fábrica de relojes más grande del mundo. En la década de 1920, de hecho, aquí se producían más de 1500 relojes al día. Tras varios cambios de producción, Junghans cerró definitivamente en 1971. A principios de la década de 2000, gracias a un extraordinario proyecto inmobiliario, se reurbanizó toda esta zona industrial, dándole nueva vida y nuevo esplendor. Esta encantadora propiedad está ubicada en el edificio más icónico, en el que también se ha creado un teatro. Esta encantadora propiedad está ubicada en el edificio más icónico de este complejo. La espectacular entrada con enormes ventanales nos conduce a la segundo piso: nos recibe el amplio y luminoso salón comedor, con acceso a la hermosa terraza que rodea toda la propiedad. Las vistas son simplemente impresionantes: la laguna del sur parece azul y encantadora. A los lados del salón encontramos, simétricamente, los dos amplios dormitorios junto a los dos baños. Finalmente, una funcional cocina independiente y un útil armario completan la propiedad. Vivir un pedazo de historia industrial con una vista tan increíble es un privilegio, contemplar la belleza de un atardecer, o cenar mientras disfrutas de la tranquilidad de la laguna no tiene precio.
La isla de Giudecca es una de las zonas residenciales más conocidas de Venecia. Con sus características casas, y la famosa iglesia del Redentor, destila un encanto que siempre se ha mantenido intacto a lo largo del tiempo. A solo un corto paseo en góndola desde San Marco, se lo conocía como el "jardín de las delicias" de Venecia en el siglo XVIII.
El nombre "Junghans" proviene de la famosa empresa alemana que fundó aquí el primer fabricante de relojes italiano. En el siglo XXI, una profunda restauración ha cambiado su destino: ahora en los edificios de la fábrica podemos encontrar un teatro y varios conjuntos residenciales que conservan el nombre histórico de Junghans.