Por qué invertir en Sevilla

Un largo idilio con el turismo

Sevilla cerró 2017 con nuevas cifras récord en materia turística. La ciudad recibió a más de dos millones y medio de visitantes, la mitad de los cuales eran de origen extranjero. Además, los responsables de los sectores económicos más vinculados con esta actividad destacan que Sevilla está impulsando un modelo turístico basado cada vez más en la calidad. Dicho de otro modo, la ciudad está atrayendo de manera creciente a visitantes que buscan opciones más exclusivas y cuyo desembolso medio por cada día en Sevilla tiende a subir. No en vano, el turismo supone ya casi el 20% de la riqueza total que se genera en la ciudad.
Como no podría ser de otro modo, el auge del sector turístico ha discurrido de la mano de un creciente interés por el alquiler de propiedades para el alojamiento temporal. Esta demanda resulta particularmente intensa en el caso de los visitantes con mayor poder adquisitivo, que buscan inmuebles singulares en los distritos más céntricos de la capital andaluza. No está de más apuntar que otro importante colectivo de viajeros prefieren alojarse en propiedades de lujo en las afueras de la ciudad. Sea como sea, los inversores deben valorar debidamente esta tendencia a la hora de escoger los activos más interesantes.

Dinamismo económico

De la mano del sector turístico, aunque no exclusivamente, Sevilla suma más de cuatro años de expansión económica. Así, el número de desempleados ha caído en casi 20.000 personas desde 2012, lo que ha contribuido a mejorar la calidad de vida en la ciudad. Paralelamente, el sector exportador sevillano, contabilizando a toda la provincia, alcanzó el año pasado la inédita cifra de negocio de 4.400 millones de euros, un impresionante repunte del 20% respecto al ejercicio anterior. Y aunque los productos agrícolas siguen siendo preponderantes, la lista de exportaciones se ha diversificado considerablemente.

La vida en Sevilla

Al margen de los grandes datos económicos, Sevilla es una ciudad monumental y siempre despierta que necesita pocos minutos para cautivar a los visitantes. Por lo que respecta a sus grandes atracciones y puntos de interés, destaca, por su simbolismo, la Torre del Oro, privilegiadamente emplazada frente al Guadalquivir. No menos conocidas son la Catedral de Sevilla y la icónica Giralda, su torre-campanario mudéjar. El Real Alcázar tampoco se queda atrás en cuanto a singularidad arquitectónica, lo mismo que el elegante Archivo General de Indias. En cuanto a los espacios urbanos más concurridos, la Plaza de España y el barrio de Santa Cruz en su conjunto seducen a cualquiera.
Por supuesto, otro de los grandes atractivos de la ciudad radica en su cocina. Sevilla es depositaria de una larga y variada tradición gastronómica, en la que confluyen prácticamente todas las culturas que han pasado por España. Desde el huerto, el gazpacho andaluz puede probarse en Sevilla de múltiples formas y con emplatados de lo más sugerentes. Otro tanto puede decirse del rabo de toro, quizá el plato de carne de más arraigo en la ciudad. Y desde el mar, el clásico pescaíto frito no falta en la mayoría de restaurantes y bares de tapas.

Sevilla para la familia

Lógicamente, invertir en Sevilla no se limita únicamente al turismo o al ocio en general. La vida familiar en la ciudad también disfruta de una serie de alicientes. Así sucede en el ámbito educativo, con una amplia oferta de centros académicos de todos los niveles y con numerosos proyectos curriculares entre los que elegir. Sevilla es una de las ciudades españolas con más escuelas e institutos, incluyendo opciones públicas, concertadas o privadas. En este sentido, muchos centros ofrecen planes de estudios íntegramente en inglés. Además, las tasas de delincuencia y criminalidad han caído significativamente en la última década.
Color y calor social

El estilo de vida sevillano no resulta únicamente fascinante por la variedad de opciones lúdicas, el clima o la cocina. Buena parte de la responsabilidad del colorido ambiente social sevillano radica, obviamente, en los habitantes de la ciudad. La sensación de fraternidad y alegría que se respira en la mayoría de barrios sevillanos no deja de sorprender a los visitantes. Y contribuye a mejorar la calidad de vida de los residentes.