Engel & Völkers
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  • por Silke Bender | Producción: Mong Ting Zhu

Preciosos e imparables

Los mejores relojes de lujo

Fotografía de: Bernd Ebsen

Desde el siglo XVI, Suiza y sus relojes han ido de la mano. En aquella época, bajo la influencia del reformador Juan Calvino, la ciudad de Ginebra prohibió el uso de joyas. Los orfebres de la región convirtieron sus talleres en relojerías, hoy un importante sector económico en el país alpino: en 2022, en torno a 700 empresas exportaron relojes por valor de casi 25 000 millones de francos suizos. ¡Un récord histórico!

Cartier & Chopard

El Tank Must en su versión negra es una leyenda. Se dice que Louis Cartier se lo regaló al general estadounidense John Pershing en 1918 en agradecimiento por la liberación de Francia de la ocupación alemana. Su forma rectangular, una novedad en la época y tan apreciada hoy por hombres y mujeres, se inspira en los tanques americanos. El nuevo modelo impresiona por su esfera lacada en negro, su movimiento de cuarzo, su caja de acero y su correa de piel de aligátor. Destaca la típica corona con cabujón de espinela azul.

El Mille Miglia negro de Chopard brilla en el color Nero Corsa, obtenido mediante tratamiento galvánico. Desde 1988, la maison no solo patrocina la célebre carrera homónima de coches de época italianos, sino que también es su cronometrador oficial. Inspirado en las carrocerías de los automóviles clásicos, las funciones del nuevo Mille Miglia Classic Chronograph incluyen fecha, horas y minutos, pequeño segundero, contadores de 12 horas y 30 minutos, así como un segundero cronógrafo. Se necesitaron cuatro años completos para desarrollar la revolucionaria caja en Lucent Steel ™, un acero particularmente robusto y sostenible. Chopard es uno de los últimos fabricantes familiares de relojes y joyas. El vicepresidente de la casa, Karl-Friedrich Scheufele, participa cada año en el rallye italiano. Su hermana Caroline dirige el departamento de joyería de Chopard.

Zenith

Cuando, en 1969, la manufactura de Le Locle logró lanzar El Primero, el primer calibre cronógrafo automático e integrado de alta frecuencia, marcó un hito importante en el arte de la relojería suiza. El primer reloj dotado de este revolucionario mecanismo fue el Zenith A386. El nuevo Chronomaster Original es un homenaje a este modelo pionero, mucho más que una simple reedición del A386. Conservando el extraordinario diseño de su predecesor —que sigue siendo totalmente contemporáneo—, el nuevo Zenith monta una versión evolucionada de El Primero, un calibre con una precisión a la décima de segundo, un estándar de medición del tiempo acorde con las exigencias del siglo XXI. El calibre El Primero 3600 late a una frecuencia de 5 hercios y dispone de una función de cronógrafo con una precisión de lectura de una décima de segundo y una reserva de marcha de sesenta horas.

Zenith | © Bernd Ebsen

Breitling

El nuevo Super Chronomat se inspira en el modelo original de los años ochenta creado por Breitling para los pilotos del escuadrón de vuelo acrobático italiano, Frecce Tricolori. Por primera vez, un Chronomat incorpora las características inserciones de cerámica en el bisel, los pulsadores del cronógrafo y la corona. El Super Chronomat B01 44 está impulsado por el calibre interno 01 44 de la manufactura Breitling, un cronómetro certificado por el COSC suizo. A partir de 1884, el fundador de la empresa, Léon Breitling, promovió tecnologías revolucionarias y patentó numerosas innovaciones, con lo que se hizo rápidamente un nombre entre los fabricantes de relojes suizos. En 1939, el Ministerio del Aire británico hizo un megapedido de relojes de aviación para la Royal Air Force. Otras fuerzas armadas siguieron su ejemplo. Desde entonces, el nombre de la manufactura suiza, con una gran B alada en su logotipo, mantiene un vínculo inquebrantable con el mundo de la aviación.

Breitling | © Bernd Ebsen

Frank Muller

Del aire al agua: el Vanguard Yachting Chronograph apuesta por un look marítimo. La llamativa esfera de color azul ultramar y la correa de piel de aligátor son la prueba tangible de su magnífico diseño y su alta calidad tecnológica. Este fabricante de relojes con sede en Ginebra, fundado en 1991, es una de las empresas jóvenes con más éxito del sector. Ya en la década de los ochenta, el ítalo-suizo Franck Muller, nacido en 1958, empezó a desafiar el conservador universo de la alta relojería con debuts tecnológicos a nivel mundial combinados con un original diseño. Las cajas con el característico cuerpo tonneau curvado y la excepcional estética de las esbeltas cifras se convirtieron en las señas de identidad de la marca.

Frank Muller | © Bernd Ebsen

Omega

Con los astronautas del Apolo 11, llegaron en 1969 los primeros Speedmaster a la Luna. Desde entonces, este reloj ha sido uno de los modelos más famosos de la tradicional firma suiza. El nuevo Speedmaster 38 tiene un diseño de líneas depuradas; la esfera luce en azul glacial. El corazón del cronómetro es el escape Co-Axial, introducido en 1999 y considerado en su momento una revolución tecnológica de la relojería. Al reducir la fricción entre los distintos engranajes del movimiento, garantiza una mayor precisión y una reserva de marcha más estable, reduciendo la necesidad de lubricación. Además del calibre Co-Axial 3330, con una reserva de marcha de 52 horas, este modelo presenta una caja de acero inoxidable. La sección interior del bisel tiene una escala taquimétrica sobre un anillo de aluminio azul, mientras que el exterior está salpicado de diamantes. El toque final: el medallón con hipocampo en el fondo de la caja.

Omega | © Bernd Ebsen

IWC

El calendario perpetuo es una de las complicaciones más complejas de la alta relojería. A principios de la década de los ochenta, Kurt Klaus, el entonces relojero jefe de IWC, logró transponer las irregularidades del calendario gregoriano en un programa mecánico adecuado para un reloj de pulsera. Ahora, esta complicación se ha integrado por primera vez en un reloj fabricado por IWC del grupo de 82 calibres. El Portugieser Calendar Perpetuo 42 muestra la fecha, el mes y el día de la semana en tres subesferas adicionales, integradas en la esfera principal. La indicación de las fases lunares es tan precisa que tarda 577,5 años en desviarse un solo día de la órbita real del satélite terrestre.

IWC | © Bernd Ebsen

Ebel

La pequeña ciudad de La Chaux-de-Fonds no solo constituye el corazón de la industria relojera suiza, sino también la cuna del célebre arquitecto Le Corbusier. Una de sus primeras obras, Villa Schwob, en pleno centro, es hoy sede de la manufactura Ebel. En 1911, la cofundadora de la empresa, Alice Lévy, fue una de las primeras mujeres de éxito en el mundo de la relojería suiza. Con la línea Sport Classic, Ebel lanzó en 1977 una nueva tendencia: el sport chic, disponible para hombre y para mujer. El Sport Classic Lady, producido en una edición limitada de 200 unidades, es la versión de lujo: la caja y los icónicos eslabones ondulados de la correa son bicolores y el bisel que rodea la caja es de acero inoxidable y oro amarillo de 18 quilates con 47 diamantes engastados. La esfera, de lapislázuli azul, está decorada con números romanos y ocho diamantes con un total de 0,358 quilates. La caja es resistente al agua hasta 5 bares y el movimiento de cuarzo suizo garantiza máxima precisión.

Ebel | © Bernd Ebsen

Jaeger-Lecoultre

Con ocasión de su coronación en 1953, la reina de Inglaterra, Isabel II, lució en su muñeca un Jaeger-LeCoultre 101. Históricamente, las primeras en llevar relojes de pulsera fueron las mujeres de la nobleza, mientras que los hombres prefirieron durante mucho tiempo los relojes de bolsillo con cadena. Edmond Jaeger y Jacques-David LeCoultre reconocieron el potencial de los relojes de pulsera y crearon a partir de 1900 calibres muy pequeños , especialmente adecuados para los relojes femeninos. Desde 2012, los modelos de la colección Rendez-Vous dan continuidad a la tradicional línea de inspiración femenina de la maison.

Jaeger-Lecoultre | © Bernd Ebsen

Blancpain

Hace setenta años, la marca de relojes más antigua del mundo —fundada en 1735— produjo uno de los primeros relojes de buceo modernos, el Fifty Fathoms, que debe su nombre a su resistencia a la presión del agua hasta una profundidad de 50 brazas náuticas, que equivale a unos 90 metros. Gracias al célebre oceanógrafo Jacques-Yves Cousteau, el reloj se convirtió en el modelo más famoso de la marca. La esfera con grandes manecillas e indicaciones luminiscentes, el alto nivel de estanqueidad, el movimiento protegido por una jaula antimagnética y el bisel giratorio pronto se transformaron en el nuevo estándar de los relojes de submarinismo. El Fifty Fathoms Automatique 45 mm convence por su robusto y ligero brazalete de titanio, un material innovador que ya se utilizaba en la aviación y la astronáutica y que Blancpain introdujo en el mundo de la alta relojería en la década de los sesenta.

Blancpain | © Bernd Ebsen

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